sábado, 26 de julio de 2008

Una noche


Deberían vender un catalizador para el alma, que quitara el miedo y desapareciera la tristeza. Algo que reemplazara todas ésas palabras que hoy duelen tanto por unas nuevas, recortara recuerdos y devolviera toda la risa y la belleza perdidas.

Hay días en que simplemente tienes una tristeza de muerte. Intentas sacar fuerza de adentro pero escarbas y escarbas y no la encuentras. Y no basta con llorar, quieres gritar, romper cosas, explotar, liberar todo el dolor. Miras al cielo y ahí está Dios intentando consolarte pero hasta a Él le cuesta parar tus lágrimas. Y Él llora contigo y te abraza, te dice que no te rindas... pero tu sigues llorando y no quieres ni puedes dejar de hacerlo...

¿A dónde se fue la música? ¿Dónde están los colores?
¿Quien se los llevó, así, de repente?
¿Acaso fuiste tú?
Pero si te supliqué que no lo hicieras...
Puedes irte tú si quieres, pero no te lo lleves todo.
Devuelvemelo! es mío!
¿Por qué huyes?
Quiero oír música de nuevo...
Quiero mi sonrisa de vuelta...
Devuelveme mi alegría y quédate con mis lágrimas...
Devuelveme mi corazón.

Se me olvidaba que no lo sabes...
Estás tan dormido y con el alma tan razgada que no te das cuenta.
Despierta rápido y devuelveme mis cosas.
Tu ya no las quieres, ¿por qué te empeñas en retenerlas?
Sigues encontrándole placer al empañar mis días.

Porque no vas a volver así siga esperandote el resto de la vida.

4 comentarios:

  1. precioso y me llego al alma pues vivo en carne propia esta historia
    de verdad muy linda

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  2. queridisim@ anonim@
    gracias por visitar mi blog.
    desafortunadamente a veces hay noche así... pero siempre hay un nuevo día con colores diferentes. Te espero de vuelta.

    un saludo!

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